Las croquetas son un clásico del tapeo, un plato que no puede faltar en una buena celebración ni en una reunión de bar con amistades. A veces se descarta hacerlas caseras por su dificultad, pero ¡vale mucho la pena! A continuación, os contamos cómo preparar unas deliciosas croquetas de shiitake, portobello y puerro.
La croqueta tiene su origen en Francia, la palabra proviene del verbo francés croquer (crujir) y de su diminutivo femenino croquette (crujientita). Se ha ido incorporando a la tradición culinaria de países de todo el mundo, como entrante, acompañamiento o plato principal. Y también se han popularizado versiones veganas.
Ingredientes (para 30-40 unidades):
- 50 gramos de shiitake seco
- 300 gramos de portobello fresco
- 3 puerros
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
- 5 cucharadas de harina de trigo
- 300 ml bebida de soja
- Pan rallado integral
- Harina de garbanzo
- Agua
- Aceite para freír
Elaboración de las croquetas:
- Hidratar el shiitake 6 horas antes o toda la noche. Picar los puerros y saltear en una sartén con aceite de oliva. Picar el shiitake y añadirlo a los puerros. Cuando esté casi hecho añadir el portobello también cortado en dados muy pequeños o en la picadora. Dejarlo cocer todo junto hasta que veáis que está cocido. Añadir sal y pimienta al gusto.
- Para la bechamel añadir las 5 cucharadas de harina y dejar que se integre en la masa y se tueste un poco. Cuando la harina esté totalmente integrada añadir poco a poco la bebida de soja hasta conseguir una masa espesa pero ligera. Rectificar de sal y pimienta y dejar reposar 20 minutos. Cuando esté frío reservar una hora más en la nevera.
- Para el rebozado mezclar 3 cucharadas de harina de garbanzo en medio vaso de agua. Tiene que quedar líquido pero con consistencia. Sacar la masa de la nevera y hacer bolas del tamaño de una nuez. Pasar las bolas por la mezcla de harina y agua y después por el pan rallado integral.
- Freír en abundante aceite de oliva y pasar por un colador o un papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
* Se pueden congelar perfectamente pero es mejor descongelarlas totalmente antes de freír porque al tener poca bechamel se puede quedar frío el interior cuando se fríen.
Autoras: Núria Pes y Marina Sopena, cocineras y fundadoras de Estació Vegana.