Los espectáculos con osos ‘bailarines’

Los espectáculos con osos ‘bailarines’ han sido una tradición en países de Europa del Este y de Asia. Esta cruel práctica ha ido despareciendo en los últimos años y hoy sólo se mantiene en Pakistán.

Los espectáculos con osos ‘bailarines’

La secular tradición tiene su origen en India y Pakistán. Desde allí, con la diáspora romaní se extendió a Turquía, los Balcanes y el Cáucaso.

Los osos ‘bailarines’ son cazados furtivamente cuando son crías. Las separan de sus madres -que normalmente suelen ser asesinadas para obtener su bilis o patas, utilizadas en la medicina tradicional china- y les perforan sin anestesia el hocico, la parte más sensible del animal, con barras de hierro candente. Emplean ese agujero para pasar un gancho o una cuerda y controlarlo. También les quitan los dientes y las garras.

El llamado ‘baile’ de estos plantígrados domesticados es una reacción interiorizada por los osos, consecuencia del ‘entrenamiento’ al que son sometidos. “Obligados a moverse sobre hojas de metal caliente y brillante, los osos evitan esta amenaza alzándose sobre sus patas traseras y alternando los movimientos de sus patas delanteras, mientras la música suena de fondo. La repetición constante de este ejercicio logra que los animales finalmente se muevan de manera automática con el sonido de la música.”, tal y como recoge FAADA. Una vez están entrenados, los osos ‘bailan’ sobre sus patas traseras en la calle al son de la música para turistas y locales a cambio de dinero.

Los animales salvados de este maltrato no pueden volver a su estado salvaje, así que acaban en zoos o santuarios. En nuestros viajes veganos a Rumanía, Bulgaria y Vietnam visitamos santuarios reales de osos.

Los últimos osos ‘bailarines’ de Europa

Bulgaria quería entrar en la Unión Europea y los espectáculos con osos era una costumbre a eliminar. Así que en 1998 los osos pardos fueron declarados especie protegida en el país y sus ‘bailes’ pasaron a ser ilegales. Sin embargo, no fue hasta el año 2007 cuando realmente se acabó con este tipo de espectáculos gracias a la iniciativa de la organización Four Paws y la adopción de los últimos tres osos ‘bailarines’ de Bulgaria.

La vida de estos animales amaestrados para trabajar como atracciones de feria lo podéis seguir en el libro Los osos que bailan (Capitán Swing, 2019) del periodista y escritor polaco Witold Szablowski.

 

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